martes, 23 de junio de 2009

Rosado Bravo, Arrecho y Enfurecido
Pititsa, mi novia habanera

“Soy negro cubano. Trabajo como recepcionista en la Maternidad Obrera en La Habana, soy hormonado nada de esto en mi cuerpo es infiltrado ni nada de operaciones y prefiero que me trates de ella, pues me siento mujer, no tengo novio en éste momento y no estoy despechada, me gustan los cigarrillos fuertes, que bueno que tienes estos Criollos, gracias,….. no me gustan las mujeres, jamás he tenido relaciones sexuales con el género femenino, tengo 24 años de edad, mido 1,98 mts. de alto, peso 75 kgs. la frecuencia de mi actividad sexual es de tres a cuatro veces diarias, normalmente eyaculo tres y a veces cuatro veces seguidas sin perder la erección,. Vine a verte porque no me esperaste después de la función, me gustas porque me gustan los hombres, por eso te visito es a ti, tus amigos y amigas me caen bien, pero vine fue por ti. ¿Me vas a acompañar a caminar por el malecón y luego a tomar un taxi para irme a mi casa? mi pene mide mide 15 pulgadas (36 cm) erecto y como mi muñeca de grueso (17 cm de circunferencia) créeme que lo vas a sentir, es cuestión de dulzura. Tu me gustas, sí a lo que tu digas, chao”.
Era de un hablar dulce, no dijo en treinta minutos una sola grosería, se fumó solamente un cigarrillo (yo me fumé dos), no habló con voz de falsete, y al caminar por el malecón habanero durante 15 minutos en 300 metros, en el área de Centro Habana, “la” saludaron 10 jóvenes bien parecidos, bien vestidos y fornidos
Pedro Laya MartínezLaya

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